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Tragedia de Río Verde se conmemora este domingo

Tragedia de Río Verde se conmemora este domingo
viernes 09 enero, 2015 - 1:51 PM

SANTO DOMINGO. El 67 aniversario de la tragedia de Río Verde, Yamasá, se conmemora este domingo. El accidente aéreo costó la vida a 32 deportistas de Santiago, incluido el equipo de béisbol que competía en el torneo nacional el 11 de enero de 1948.

El suceso permanece tan latente hoy en día, como si fuera ayer. Aun cuando ocurrió hace 67 años en aquella trágica tarde en la que perecieron los integrantes del equipo Santiago BBT, que visitó Barahona para jugar como parte del campeonato nacional de béisbol amateur.

Cada aniversario se recuerda Aquiles Martínez, Loro Escalante, Bombo Ramos, Chino Álvarez, Pedro Báez (Grillo A), Bebecito del Villar, Toñito Martínez, Alberto –Mimo-Estrella, Manuel (Sancho) Tatis, Papiro Raposo, Víctor Saint Clair (Papito Lucas), Antonio Devora, Boquita Jiménez, Fernando Valerio, Reyo Hernández, Pepillo Aybar, Maximiliano Rivera (Puchulan) y Miguel (Tatis) Rodríguez

También a los acompañantes Belarmino López, Luís Luque, Presidente de la ACDS y editor Deportivo de la Información, Luciano Hernández, a su abuelo Arnaldo Cabral, Manuel Tejada, Virgilio de Peña, Miguel Albaine, Enrique Diloné, Enrique Henríquez, Francisco Collado, Elpidio Victoria, Carlos Manuel Rodríguez, Ramón María Hernando y José del Carmen Ramírez.

Una vez se produjo la catástrofe, nadie tuvo acceso al lugar, en el paraje de Río Verde, sección Jaigüey, en Yamasá, debido a lo impenetrable de la zona.

Dentro del grupo de jugadores que ese día 11 de enero de 1948 encontraron por destino la muerte, se encontraba Miguel Ángel Rodríguez Jimenes.  Aunque distante de esa época por ser un niño, su sobrino Miguel Rodríguez (empresario), aún recuerda a su tío, así como toda la familia. Es ya una tradición familiar, reconoce el pariente. “Era buen pitcher, amigable y servicial con todo el mundo”, señala Rodríguez, algo en desacuerdo por como nombran a su tío “Boquita” Jimenes. “Él tiene un nombre y es Miguel Ángel Rodríguez Jimenes”, dice.

La tragedia representó un abrupto rompimiento del apasionante béisbol aficionado de entonces, que se enfrentó con una amarga realidad al perder a 18 de sus mejores exponentes.

Los que hacen historia coinciden en señalar que entonces se jugaba por mística, por amor al deporte y el batir de las manos en señal de aplauso era el premio deseado.

Eran increíbles atletas según, las crónicas de la poca, que destacaban además por la gran entrega a la causa de su equipo

Miguel Rodríguez recibió el uniforme por parte de su padre Julio Alberto, y lo conserva desde entonces por unos “35 años” en una saquera ubicada en el closet de su hogar. “Estoy dispuesto a donar este uniforme, pero que sea a una entidad que la conserve y preferiblemente de Santiago”, señaló Miguel, quien se declara simpatizante del béisbol, y de hecho tiene un nieto que juega en la Liga Quique Cruz.

Un museo, insiste, debe ser el que acoja esa indumentaria, hallada junto a la mascarilla y estetocopio (nunca apareció) que llevó consigo en su maletín. “No sé, pero me gustaría que sea una entidad santiaguera”, dijo, al tiempo que deseó el que “ojalá que otros familiares que estén vivos quieran aportar más datos y objetos si es que los tienen”, así como donarlo a alguna institución, disposición por la que él también se inclina.

Miguel Rodríguez sostiene que los fenecidos peloteros, vistos como héroes del deporte al paso de los años, tienen el mérito de encontrar nicho en el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.

“Debiera estar el equipo entero en el Pabellón de la Fama, porque ahí estaban la mayoría de los mejores peloteros del país”, expresó Miguel Rodríguez.

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