Tips olímpicos

tips Olímpicos

Los Juegos en la antigüedad (I) – La primera referencia exacta de una victoria olímpica nos lleva al 776 a.c. con la celebración de los Juegos Helénicos que estaban consagrados a Júpiter, Zeus en la mitología griega. Los Juegos no adquirieron el nombre de olímpicos hasta que Ifitos, rey de Élida y Licurgo, rey de Esparta, firmaron un tratado por el que se reconocía el valle de Olimpia como un estado neutral que nadie podría violar portando armas.

Este tratado fue suscrito voluntariamente por todos los Estados griegos que reconocían que en aquel valle, donde Apolo había vencido a Hermes en la carrera y Hércules compitió con sus hermanos en otra carrera, coronando con ramos de olivos al vencedor, estaba gran parte de la gloria eterna de sus antepasados.
A partir de ese año 776 a.c. los Juegos Olímpicos fueron disputados sin interrupción y cada cuatro años durante 1168 años, es decir, 292 olimpíadas consecutivas, convirtiéndose de esta forma en el evento organizado por el ser humano que más ha perdurado en el tiempo.

El gran triunfo de Ifitos no fue solamente restablecer los juegos predilectos de los dioses ni hacer que Olimpia fuese recinto neutral; el mayor triunfo del rey de Élida fue conseguir reunir cada cuatro años a todos los jóvenes de los diferentes estados helénicos, haciendo cesar las guerras y batallas, primero un mes antes y un mes después de los Juegos, aumentándolo luego a tres meses antes y después del acto olímpico, contribuyendo así a la expansión de la paz, que todavía hoy es una de las principales ideas del movimiento olímpico restaurado por Pierre de Fredi, barón de Coubertin.

Los Juegos en la antigüedad
Adolfo Hitler y los Juegos Olímpicos
Una de las primeras superestrellas, el “Indio” Jim Thorpe
Anécdotas y curiosidades de la prueba del Maratón

 

Año 1936, Alemania, Estadio Olímpico de Berlín, se han inaugurado los undécimos Juegos Olímpicos con el mayor despliegue de organización deportiva y tecnológica vistos en el siglo; en ninguna ocasión los Juegos habían sido precedidos por una tensión internacional tan grande.

En esa primera jornada del atletismo el estadio Olímpico estaba repleto de público ya que en todas las ediciones anteriores de los juegos Alemania había conseguido solamente una Medalla de Oro en Amsterdam 1928 (Lina Radke – 800 mts. planos femeninos).

En presencia del propio führer, Hans Woelke consigue para su país la segunda Medalla de Oro de la historia y la primera masculina, fue en la prueba de Impulso de Bala en la que otro alemán, Gerhard Stock, ocupó el 3er lugar. Cuando se izaron las tres primeras banderas victoriosas en los mastiles de honor, dos de ellas llevaban la cruz gamada.

Pero fueron las actuaciones de los atletas negros de los Estados Unidos las que poco a poco dieron por tierra con la ridícula teoría de Hitler sobre la supremacía de la raza aria. Al final de esa primera jornada tres estadounidenses, dos de ellos negros, se llevaron los primeros lugares en Salto Alto. Cornelius Johnson fue el ganador de la medalla de Oro, David Albritton la de Plata y Delos Thurber la de Bronce.

Dos días más tarde Jesse Owens, también negro, protagonizaría una de las más espectaculares actuaciones de atleta alguno en unos Juegos obteniendo cuatro Medallas de Oro en las pruebas de 100 y 200 metros planos, Salto Largo y Relevo de 4 x 100 mts., batiendo además dos récords mundiales y cuatro marcas olímpicas y la de Salto Largo, de 8 mts. y 6 centímetros, se mantendría vigente durante 24 años, hasta los Juegos de 1960 celebrados en Roma.

A pesar de las rivalidades existentes, es posible que sin la ayuda de su principal contrincante en la prueba, el alemán Luz Long, Jesse no hubiese clasificado para la final de Salto Largo. Long le ayudó a corregir su carrera de aproximación a la tabla después que Owens había hecho dos “saltos nulos”, logrando la clasificación en el tercer intento. El alemán Luz Long debió conformarse con la Medalla de Plata mientras que Owens se llevaba la de Oro.

El atleta estadounidense Jesse Owens falleció en el mes de marzo del año 1980.
El nombre de Jesse Owens, grabado en bronce, quedó inscrito sobre la puerta Marathon del Estadio de Berlín, y aún permanece allí . . . sobreviviendo al propio Hitler.

 

Emil Zatopek (TCH) es el único en haber logrado la hazaña de ganar en una misma edición – Helsinki 1952 – las Medallas de Oro en 5000m planos, 10000m planos y Maratón. En Londres 1948 había ganado el Oro en 10000m planos y la Plata en 5000m planos; fue apodado “La Locomotora Checa”.

En Tokio 1964 Abebe Bikila (ETH) se convirtió en el primer atleta en ganar dos veces (Roma 1960 y Tokio 1964) la tan exigente prueba del maratón; posteriormente sería emulado por Waldemar Cierpinski (GDR) quien obtuvo sus triunfos en Montreal ’76 y Moscú ’80.

La prueba del Maratón ha tenido siempre curiosas anécdotas a su alrededor:  En Saint Louis 1904 se pudo corroborar que el ganador de la Medalla de Oro, Thomas Hicks (USA) había ingerido clara de huevo con sulfato de estricnina y cognac en lo que fue el primer caso de doping que se recuerda; como consecuencia de este hecho la Federación Atlética Americana aconsejada por los médicos estableció por primera vez la prohibición del uso de drogas.

Uno de los casos más comentados ocurrió también en Saint Louis cuando el estadounidense Fred Lorz entró victorioso al estadio donde culminaba el Maratón y Alice Roosevelt, la propia hija del Presidente de los Estados Unidos se tomó una foto con él y lo coronó con un ramo de laurel. Extrañó a los jueces de la prueba lo fresco que había ingresado al estadio y que casi no había sido visto en el transcurso de la carrera; inmediatamente pudieron corroborar que Lorz había abandonado después de la primera hora de carrera, se había montado en un automóvil adelantando así a los demás competidores y continuó corriendo casi al final del recorrido para entrar “victorioso” al estadio.

En ese mismo Maratón de Saint Louis uno de los grandes favoritos para la prueba era Carvajal, integrante del grupo de cinco cubanos que viajaron a la competencia. Caravajal llegó en quinto lugar, pero esto se debió a que yendo como puntero absoluto y con buena ventaja, desesperado por el hambre que tenía, paró a un lado del camino a comer manzanas que arrancó del propio árbol. Las manzanas estaban verdes y le causaron tal malestar de vientre que debió detenerse varias veces antes de la llegada, perdiendo de esa forma la oportunidad de sellar con la Medalla de Oro lo que aparentemente era una segura victoria.

Otro hecho resaltante lo protagonizó en Londres 1908 el italiano Dorando Pietri quien entró en primer lugar al estadio pero lo hizo en tal estado de agotamiento que venía cayéndose y comenzó a circunvalar la pista en dirección contraria; ante este panorama fue ayudado a reincorporarse y a tomar la dirección correcta y se cayó y fue ayudado por lo menos doce veces más antes de cruzar la línea final. En el interín ya John Hayes (USA) había hecho una entrada triunfal adjudicándose la Medalla de Oro. A pesar del tremendo esfuerzo realizado el italiano Dorando Pietri fue descalificado por los jueces por la ayuda recibida.

 

Contenido relacionado